Cuarto de Hora de Oración 15 de noviembre



LA ALEGRIA DE SER TERESIANOS


Enciende una vela y escucha música suave.

“Aunque tengas mucha prisa por empezar la jornada… Haz silencio para ponerte ante una presencia. Busca un momento de soledad para llegar al encuentro.
No emprendas tú solo/a la jornada… Hay un amigo, Jesús, que quiere ir contigo. Puedes dialogar con El a lo largo del día, en las pausas que te reservan tus tareas. 
“Orar es tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas, con quien sabemos nos ama” (Santa Teresa).    
Antes de empezar a caminar piensa a dónde quieres ir… Aprovecha este momento de la mañana para alegrarte de lo que Dios te dio.
Lee el siguiente cuentito y piensa hasta donde llega tu alegría.

Alegría sin límites
Dos hombres ambos enfermos de gravedad, comparten el mismo cuarto semi-privado
de un hospital, a uno de ellos se le permitía sentarse durante una hora en la
tarde, para drenar el liquido de sus pulmones y su cama estaba al lado de la
ventana de la habitación, el otro, debía permanecer acostado de espalda todo el
tiempo.


Conversaban incesantemente todo el día, hablaban de sus esposas, familiares,
hogares, empleos, experiencias durante sus servicios militares etc..

Todas las tardes cuando el compañero ubicado al lado de la ventana se sentaba,
pasaba el tiempo relatándole a su compañero de cuarto lo que veía por la
ventana, en cuanto el compañero de cuarto acostado de espalda no podía asomarse
por la ventana y se desvivía por esos periodos de una hora durante el cual se
deleitaba con los relatos de actividades y colores del mundo exterior, la
ventana daba a un bello parque con un lago, los pastos y cisnes se deslizaban
por el agua, mientras los niños jugaban con sus botecitos a la orilla del lago,
los enamorados se paseaban de la mano entre las flores multicolor en un paisaje
con árboles majestuosos y en la distancia una bella vista de la ciudad.

A medida que el señor cerca de la ventana describía todo esto con detalles
exquisitos su compañero cerraba los ojos y se imaginaba un cuadro pintoresco.

Una tarde describía un desfile que pasaba por el hospital y aunque no pudo
escuchar la banda, lo pudo ver a través de su propia imaginación, mientras su
compañero lo describe.

Pasaron días y semanas, y una mañana, la enfermera al entrar para el aseo
matutino se encontró con el cuerpo sin vida del señor cerca de la ventana, quien
había fallecido tranquilamente durante su sueño.

Con mucha tristeza aviso para que trasladaran el cuerpo, el otro señor con
mucha tristeza pidió que lo trasladaran cerca de la ventana, a la enfermera le
agrado hacer el cambio y luego de asegurarse que estuviera cómodo, lo dejo solo,
el señor con mucho esfuerzo y dolor, se apoyo de un codo para poder mirar al
mundo exterior por primera vez, pero al asomarse lo que vio fue la pared de un
edificio.

Confundido y entristecido, le pregunto a la enfermera, ¿que seria lo que animo
a su difunto compañero a describir tantas cosas maravillosas fuera de la
ventana?, la enfermera respondió que el señor era ciego y no podía ver la pared
del edificio, entonces ella dijo: "Quizá solamente deseaba animarlo a usted"

Existe una inmensa alegría en poder alegrar a otro, a pesar de nuestra propia
situación; la aflicción compartida disminuye la tristeza, pero cuando la alegría
es compartida, se duplica, si deseas sentirte prospero basta con recordar
aquello que posees y que no se puede comprar con dinero.

SANTA TERESA en la actualidad tan difícil, llena de problemas y donde el tener,  el poder y el placer nos rige,  nos enseña a ser personas que nos importe lo no material, el compartir y hacer familia, a ser alegres en todo lo que hagamos y sobre todo vivir del amor; el pasado 15 de octubre el papa Francisco nos habló a los teresianos sobre esto. Lee un fragmento de su mensaje y piensa que tanto vives lo teresiano.


Fragmento de mensaje del Papa Francisco el 15 de Octubre 2014

Teresa de Jesús invita a sus monjas a «andar alegres sirviendo» (Camino 18,5). La verdadera santidad es alegría, porque “un santo triste es un triste santo”. Los santos, antes que héroes esforzados, son fruto de la gracia de Dios a los hombres. Cada santo nos manifiesta un rasgo del multiforme rostro de Dios. 

En santa Teresa contemplamos al Dios que, siendo «soberana Majestad, eterna Sabiduría» (Poesía 2), se revela cercano y compañero, que tiene sus delicias en conversar con los hombres: Dios se alegra con nosotros. Y, de sentir su amor, le nacía a la Santa una alegría contagiosa que no podía disimular y que transmitía a su alrededor. 

Esta alegría es un camino que hay que andar toda la vida. No es instantánea, superficial, bullanguera. Hay que procurarla ya «a los principios» (Vida 13,1). Expresa el gozo interior del alma, es humilde y «modesta» (cf. Fundaciones 12,1). 

No se alcanza por el atajo fácil que evita la renuncia, el sufrimiento o la cruz, sino que se encuentra padeciendo trabajos y dolores (cf. Vida 6,2; 30,8), mirando al Crucificado y buscando al Resucitado (cf. Camino 26,4). 

De ahí que la alegría de santa Teresa no sea egoísta ni autorreferencial. Como la del cielo, consiste en «alegrarse que se alegren todos» (Camino 30,5), poniéndose al servicio de los demás con amor desinteresado. Al igual que a uno de sus monasterios en dificultades, la Santa nos dice también hoy a nosotros, especialmente a los jóvenes: «¡No dejen de andar alegres!» (Carta 284,4). ¡El Evangelio no es una bolsa de plomo que se arrastra pesadamente, sino una fuente de gozo que llena de Dios el corazón y lo impulsa a servir a los hermanos!


¡Éste es el realismo teresiano, que exige obras en lugar de emociones, y amor en vez de ensueños, el realismo del amor humilde frente a un ascetismo afanoso! Algunas veces la Santa abrevia sus sabrosas cartas diciendo: «Estamos de camino» (Carta 469,7.9), como expresión de la urgencia por continuar hasta el fin con la tarea comenzada. 

Cuando arde el mundo, no se puede perder el tiempo en negocios de poca importancia. ¡Ojalá contagie a todos esta santa prisa por salir a recorrer los caminos de nuestro propio tiempo, con el Evangelio en la mano y el Espíritu en el corazón!


Con mi saludo cordial, a todos les digo: ¡Ya es tiempo de caminar, andando por los caminos de la alegría, de la oración, de la fraternidad, del tiempo vivido como gracia! Recorramos los caminos de la vida de la mano de santa Teresa. Sus huellas nos conducen siempre a Jesús.


Fraternalmente, Francisco.
Para leerlo completo:

Por ultimo escucha y disfruta este corrido sobre Santa Teresa. Seamos teresianos alegres, marcando la diferencia en alegrarse en que todos se alegren¡¡
CORRIDO DE SANTA TERESA PACO PADILLA, MÉXICO

TODO POR JESUS!